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lunes, 10 de mayo de 2010

UNA MIRADA AL MUNDO (2)

El mundo siempre habla de sí mismo, como tratándose de un ente único y egocéntrico en torno al cual girase la vida. O quizá porque son lo mismo, y desde esa identidad el mundo no es un lugar, sino un estado concreto de la vida: el único que hemos llegado a realizar y conocer, mientras otros mundos permanecen en nuestra intuición o en nuestros sueños.

Hoy me asomo a él con el sentimiento de que ya no habla de sí mismo, sino del mundo que le ha de suceder; como si su identidad se desvaneciera; como si su protagonismo ya no fuese algo propio, sino el heraldo de otra realidad emergente nacida de sus cenizas. Hoy percibo su omnímoda presencia como una suerte de advertencia, como si al mostrar aquello que se desmorona estuviera anunciando la novedad que empieza a nacer. Hoy, contemplo el acontecer de este mundo, presintiendo que tal vez ha comenzado la noche oscura que antecede al amanecer.

No hay temor en este sentimiento que presiente cercano el parto. Quizá porque el dolor posible y aun el riesgo inherentes a él resultan menores frente al gozo de recibir al nacido. Y sí hay, en cambio, una serena esperanza no exenta de curiosidad ante la experiencia del tránsito; del cómo será, porque el qué ya es adivinado.

Vivimos una experiencia de realidad en un mundo y en un planeta, y somos todo ello a la vez: el planeta, el mundo, la experiencia vivida y el experimentador. Unidos indisolublemente porque somos una unidad, y no partes aisladas que conviven. No hay destinos paralelos, diferentes, para lo que es uno. Somos un tren en continuo movimiento que viaja con todo su contenido hacia la próxima estación, que tampoco ha de ser última, en un viaje sin final cuya meta es el propio viaje.

Y el viaje es movimiento. Y el movimiento cambio. Cambio necesario e inevitable escrito con mayúsculas en el guión de la vida; a veces lento, casi inapreciable, como suministrado con calmantes. Otras quirúrgico, drástico y sin anestesia.

Las crónicas anticipadas aluden al tiempo presente en tanto que escenario de cambios profundos que afectan a la raíz, a la estructura del mundo actual en todas sus facetas: economía, política, justicia, religión…,y en las instituciones que las representan. Los poderosos arquetipos que rigen el devenir, los “dioses del cambio”, han entrado en actividad provocando ya situaciones de caos inesperadas y catastróficas, y una sensación generalizada de inestabilidad que es de por sí un aviso. Todo es convocado a una severa revisión tras la cual pocos elementos del paradigma actual podrán prevalecer.

Una nueva generación de hombres ha comenzado ya a nacer en nuestros hogares. Ellos son el recambio, los nuevos gestores del mundo naciente. A nosotros, los que vinimos antes, nos corresponde el gestionar ese cambio, el vivir la noche oscura hasta la llegada de un amanecer que deje en sus manos un mundo renovado, probablemente más equilibrado, más justo y más humano.

Hoy son escritos para nosotros aquellos versos de Walt Whitman: “Piensa que en ti está el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo”.

Permaneceré despierto, mi lámpara encendida.

9 comentarios:

  1. Así es Félix. Yo también quiero estar lo más despierto posible para aportar mi granito de arena.
    Un abrazo

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  2. Pues a mí me da miedo la oscuridad que antecede el amanecer y me da miedo no saber gestionar el cambio con lo que está naciendo en nuestros hogares.

    POr suerte no parece ser un miedo paralizante,así que encararé la tarea lo mejor que pueda.

    Abrazos

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  3. Que manera mas preciosa de resumir lo que estamos viviendo. Por una parte estoy féliz por todo lo nuevo que ya se manifesta y claro, como no, tambien siento muchas veces desasosiego y empiezo a ser consciente de la importancia de vivir en estos tiempos de cambio, en los que estoy continuamente haciendo pulsos para mantener mi paz y mi confianza.
    Pero hay un latido fuerte en mi corazón que me ayuda a seguir, a desear ese mundo del que tanto hemos hablado, ese mundo que ya és.
    Y con esa confianza plena intento aplacar esta noche oscura con la plena confianza del nuevo amanecer.
    Mi lampara también está encendida, y procuro estar despierta para que la llama no se apague nunca.
    Un abrazo

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  4. "Pondré mi ley en su interior y sobre sus corazones la escribiré, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo"
    Brotan las señales que definen el horizonte donde la luz es clara. Un nuevo amanecer aguarda al hombre crecido del niño que guarda en su alma.
    El ve la señal y oye el sonido del cambio...
    Así es la Revelación...
    "Mira que hago un mundo nuevo. Hecho está..."
    Que nadie se quede sin ver ese nuevo amanecer.
    Un beso Félix.

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  5. Es un nuevo punto de vista muy alentador.
    Ultimamente tengo una creciente sensación de desasosiego como si me estuviera preparando para un gran cambio. Espero tranquilizarme y entrar en sintinía con la transformación del mundo.

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  6. "Infeliz es el hombre o la nación que, llegado el momento divino, se encuentra durmiendo o desprevenido, porque la lámpara no se haya mantenido dispuesta para la bienvenida y los oidos estén taponados a la llamada." La Hora de Dios. SRI AUROBINDO

    ¿Un mundo donde arrastrarse... o un mundo donde volar?
    ¿Quieres ser oruga o mariposa?

    El desasosiego que siempre me ha acompañado a lo largo de mi vida, compañero inseparable de plomo y miedo, se ha vuelto últimamente insoportable. Pero la Certidumbre del Nuevo Mundo se ha de imponer a la turbación, ante el clamor del ego. "Entonces tu fuego te precederá en la noche y la tormenta sera tu ayuda, y tu bandera ondeará en la más alta cumbre de grandeza que estaba por conquistar"

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  7. ¡¡¡Magnifica exposición!!!

    Querido Félix, se puede escribir con letras más grandes, pero no más claro. Has expuesto la realidad de acontecimientos ya de sobra anunciados “El tiempo está cumplido”.

    En esta etapa por venir, vivo confiada y mi fe es firme de que la semilla fue sembrada y la cosecha esta presta para la recolección, en función de la actitud en nuestras vidas el salario será el adecuado, siento próximo, al igual que tu, que un mundo nuevo está naciendo, siento que mi mochila ya no pesa y la antorcha que porto esta luciendo intensamente y es mi deseo pasarla con la misma intensidad a aquello que me precederán.

    Mi tiempo vivido, no exento de miedos e incertidumbres, me ha hecho mas firma en la creencia que todo está interconectado y que el plan en perfecto en si mismo.

    Que la luz este siempre contigo.

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  8. Gracias, si despierta y con la lampara encendida

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  9. Pienso que en mí está el futuro y encaro la tarea con orgullo y sin miedo.

    Permaneceré despierto, mi lámpara encendida.

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