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domingo, 28 de abril de 2013

Nuevo Curso: "LA ENFERMEDAD" (2ª Parte del curso: Del "NIÑO-DIOS" al "NIÑO-INTERIOR", y regreso)



Del “NIÑO-DIOS” al “NIÑO-INTERIOR”, y regreso


2ª Parte: La enfermedad
15 y 16 de Junio de 2013

Por: Félix Gracia
  
Decíamos en la presentación de la 1ª Parte del Curso que la evolución no es un concepto, sino el desarrollo de un Plan; la ejecución de un proyecto en el que somos protagonistas, aunque no únicos. Somos, pues, seres en transición impulsados y atraídos a la vez por un objetivo que subyace en el alma como un propósito ineludible desde antes de emprender el camino. Y, en dicho proceso, la vida humana constituye la crónica detallada de  ese viaje, sensorial e íntimo a la vez, que nos regresa al punto de partida, cambiados.

Contemplada la vida humana así, la enfermedad, al igual que cualquier otro fenómeno, no es una interferencia, sino un hecho previsible, útil y probablemente necesario en el desarrollo del Plan; aunque dada nuestra inmensa ignorancia de éste, la amenazadora y limitante presencia de la enfermedad la convierte en un “aliado” indeseable. Nadie quiere enfermar. Y todo nuestro empeño se centra en combatirla hasta conseguir su completa erradicación, convencidos de que ello es posible y sin percatarnos de que esa radical actitud, lejos de conseguir su propósito,  perpetúa la enfermedad que volverá a aparecer. Con otro aspecto, tal vez, pero enfermedad en todo caso, que evidencia lo ilusorio de nuestra actitud y nuestro desvalimiento.

Otra manera de vivir es realmente posible si abrimos los ojos de la conciencia y aceptamos ver más allá de las apariencias y de nuestros juicios de valor; si aceptamos ver la vida tal como es y cómo somos nosotros.  Convivimos con la enfermedad al igual que lo hacemos con su opuesto, que es la salud. Ambas caminan juntas, como las caras de una misma moneda, y no es posible eliminar a una cualquiera de las dos. La vida humana oscila entre los extremos, conforme anuncia la metáfora del “Árbol de la ciencia del Bien y del Mal”, y sólo desde la conciencia clara de lo que esto significa podemos entender la naturaleza, función y propósito de la enfermedad, y trascenderla. Todo lo que no nazca de esta sincera actitud son simples analgésicos que mitigan o eliminan el síntoma, pero prolongan el dolor porque ni curan el mal ni propician el bien.

La enfermedad no es una tragedia, sino una noticia. Y el propósito de este Curso es contribuir a su desvelamiento poniendo especial énfasis en las dolencias más comunes, como el cáncer, las relativas al corazón y sistema circulatorio, las digestivas, renales, cutáneas, respiratorias, alergias, aparato locomotor, accidentes, sida y las psíquicas, como la depresión.

En efecto, otra manera de vivir es posible, pero necesitamos hacer cambios. Si tu sentir navega en esa dirección, este Curso representa una importante ayuda para ti y los tuyos.

NOTA: Para poder asistir a esta 2ª Parte, es requisito haber realizado la anterior -celebrada el pasado mes de Abril- o haber asistido al Curso del “Niño-Interior” de ediciones anteriores.

INFORMACIÓN:

FECHA CELEBRACIÓN:   días 15 y 16 de Junio de 2013

LUGAR: Residencia San José. Avda. Reyes Católicos, 12  EL ESCORIAL

INSCRIPCIÓN Y RESERVAS:

1º.- Comunicar telefónicamente  a nuestra oficina (91 616 70 11), o por correo electrónico (cidesh@felixgracia.com) el deseo de asistir al Curso solicitando confirmación de plaza.

3 comentarios:

  1. Realmente la enfermedad no debería entenderse como una sorpresa, sino como una bendición. Saludos.

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  2. y los que estan agonizando en su lecho de muerte... crees que es una bendición? No somos todos inocentes? por qué entonces una maravillosa persona puede estar muriendo por un cruel cancer???
    me gustaria comprender....

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    Respuestas
    1. Puede tratarse de un "pacto": con disponibilidad de esta persona ya antes de nacer a la tierra, asumiendo algo que nunca se resolvió, resp. no hubo modo de resolver por ej. por parte de sus predecesores en la familia. Puede tratarse de actitudes, de "zonas" no aclaradas, de algo que quedó ahí y que energeticamente se trapasa a la generación siguiente (ADN etc.). También, en el olvidado "pacto" relacional, puede entonces tratarse de una bendición para alguién cercano; como por ejemplo la persona o personas que cuidan de este enfermo, que le consuelan con su presencia y... que delante de estos ¿? empiezan a profundizar, a ocuparse de las cuestiones inherentes a "Quienes somos, por qué,para qué"...Una bendición entonces indirecta por sus efectos "propulsores" hacia otra forma de ver las cosas, de vivir, de encarar "la realidad". La enfermedad en sí no es entonces "la" bendición; no es una bendición si se considera en sí misma y por todo el dolor. Pero siempre depende luego de cadauno de nosotros buscar qué hay detrás de todo ello, que se nos quiere indicar o decir. Miramos toda la cuestión de este modo: si siempre todo me va bien y estupendamente, quizá ni me doy cuenta de que podría ser-acaer de otra forma y ¿de qué podría entonces sentirme agradecida? ¿Solo de que todo viene a corresponderse a mis personales deseos? Qué reto sería esto? No disfrutamos nosotros de las vacaciones precisamente por haber tenído nosotros que corresponder a molteplices espectativas y deberes? Y esto: ¿para qué me voy yo a plantear oltras "cosas" e interesarme sobre alma, espiritu, vida, muerte etc. si teniendolo "todo" ya, creo que con eso me basta? Otra cosa: tener delante mio una persona al final de su vida en esas condiciones tan tremendas me hace inevitablemente cuestionar sobre cual podría ser entonces mi propria "fin" (fisicamente hablando). Y en general es así: si todo te va bien y no te planteas nunca otras cosas el riesgo es que pasas de largo TU PROPIO SER. Sería como vivir junto-unído a tu mejor amigo sin encontrarle nunca. Como llegarías así al "lecho de muerte" (que otra cosa no es que, por fin, nascer "al otro lado")? Y...como te vivirías en el otro lado sin nisiquiera haberTE encontrado antes? Bueno, entonces siendo una gran verdad que siempre uno encuentra lo que necesita y quiere saber...si lo busca sinceramente, de corazón, ¿No crees entonces que este hecho tan doloroso habrá desvelado su bendición para tí? Y, por encima, es que si algo hubiese quedado pendiente por el ser ahora fallecido, aclarandolo tu lo habrás aclarado para él y posiblemente para todos los que contribuyeron -sin necesariamente saberlo y con su personal trayecto- a todo el desenlace de la situación -y en la cual ahora te encuentras tu-. Sí, lo que uno (se) aclara lo hace en beneficio de otros también...por ser nosotros todos (del) UNO...

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