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domingo, 17 de febrero de 2013

RETENER

Decía en artículos anteriores que el aliento de vida se manifiesta en forma de respiración y que, ésta, por constituir la base de la vida, también indica la cualidad o naturaleza de la misma. De este modo se pone de manifiesto que la vida es ritmo, alternancia entre la inspiración y la espiración, entre el tomar y el dar.

La cualidad de algo alude a la naturaleza esencial de ese algo, a lo que es permanente en él porque es inmutable. La cualidad de una cosa es el principio o ley  que la hace ser lo que es, y no otra cosa. De esta manera, cuando decimos que la cualidad de la vida es  “tomar y dar”, estamos reconociendo que el acto de vivir es un ejercicio inevitable y continuo de dicha alternancia, que esa es la ley  y que no puede ser de otro modo.

La respiración es un marcapasos biológico anunciador del orden sutil que sustenta a la vida, y el medio a través del cual el alma proclama su vocación. Tomar y dar, recibir y conceder, coger y dejar…Este es el principio ético que define al hombre y el rasgo esencial de nuestra naturaleza. Estamos diseñados para realizar un viaje a través de la experiencia, sin detenernos en ningún lugar; configurados para compartir esa aventura con todo cuanto ha sido creado y que percibimos ajeno, para relacionarnos con ello y acabar descubriendo que los otros no eran otros, sino el mismo bajo otro aspecto. Y que ese mismo es la unidad de todos, sentida por cada uno.

Detrás del principio ético que nos anima, formulado de manera explícita por la alternancia del tomar y el dar, se anuncia implícitamente la existencia de un tercer factor consistente en “no retener”. Retener, conservar, guardar, son actitudes que bloquean el flujo y perturban el ritmo que mantiene el orden en la vida. Y dichas actitudes, pese a perturbar el orden de la vida o tal vez por ello mismo, se hallan presentes en la raíz de nuestras motivaciones, originando  una ética paralela que llamamos egoísmo. O actitud que busca la satisfacción de “lo mío”, aún en detrimento de los demás.

El egoísmo no busca compartir, sino tener el máximo para sí mismo. Retener. Con esta actitud marginal  no se anula el impulso natural de la vida, no se paraliza el ritmo. Pero quedamos expuestos a sus consecuencias manifestadas en forma de dificultades, frustraciones, enfermedad, sufrimiento…

El dolor en cualquiera de sus formas, no es un castigo, sino una advertencia. Enfermamos o sufrimos, no porque seamos “malos”, ni porque exista un Dios castigador, sino por ser ignorantes; por vivir sumidos en el estado de avidya, que impide reconocer el orden sutil que nos alienta y nos hace uno con todo lo creado, favoreciendo contrariamente la creencia insana de que “teniendo yo más viviré mejor”.

Otro mundo es posible. Pero sólo después de un cambio radical en nosotros, de una metanoia

Félix Gracia

3 comentarios:

  1. Con respecto a la Respiración Cósmica, me gusta pensar en una Santisima Trinidad formada por el Padre(inspirar)envíando a su Hijo(expirar)y ese tercer factor, retenedor, o Santo Espiritu.

    Saludos.
    pnaku

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  2. Gracias Felix siempre siempre siempre por tu sabiduria y el conocimiento de uno mismo,
    kuchy

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  3. Es verdad. No podemos apropiarnos de nada, pues todo nos ha sido dado y todo vuelve a su lugar de origen. Es verdad también que somos vehículos y obligadamente siempre tenemos que retener, sobre todo para saber a quién dar. Por que no todo el que recibiere puede estar preparado para recibir según qué le des. Por eso retener es natural, es bueno, en la medida en que plantea cuándo soltar. Que es cuando interviene la inteligencia. El ser humano no sería creativo si no fuera egoísta. No somos plantas ni animales, tenemos inteligencia para saber en que emplear nuestras ideas. Otra cosa es que nos perjudique. Pero si nos beneficia a nosotros beneficia a la vez a otros. Es verdad que al final todo regresa a su lugar, pero mientras estemos expuestos a las leyes creativas del Universo ¿qué hacemos en el camino sino es apropiarnos de lo que necesitamos para construir la belleza que somos y honrar a nuestra naturaleza divina?. A alguien beneficiará.

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