Decía en artículos anteriores que el aliento
de vida se manifiesta en forma de respiración y que, ésta, por
constituir la base de la vida, también indica la cualidad o naturaleza de la
misma. De este modo se pone de manifiesto que la vida es ritmo, alternancia
entre la inspiración y la espiración, entre el tomar y el dar.
La cualidad de
algo alude a la naturaleza esencial de ese algo, a lo que es permanente en él
porque es inmutable. La cualidad de una cosa es el principio o ley que la
hace ser lo que es, y no otra cosa. De esta manera, cuando decimos que la
cualidad de la vida es “tomar y dar”, estamos reconociendo que el acto de
vivir es un ejercicio inevitable y continuo de dicha alternancia, que esa es la
ley y que no puede ser de otro modo.
La respiración
es un marcapasos biológico anunciador del orden sutil que sustenta a la vida, y
el medio a través del cual el alma proclama su vocación. Tomar y dar, recibir y
conceder, coger y dejar…Este es el principio ético que define al hombre y el
rasgo esencial de nuestra naturaleza. Estamos diseñados para realizar un viaje a
través de la experiencia, sin detenernos en ningún lugar; configurados para
compartir esa aventura con todo cuanto ha sido creado y que percibimos ajeno,
para relacionarnos con ello y acabar descubriendo que los otros no eran otros,
sino el mismo bajo otro aspecto. Y que ese mismo es
la unidad de todos, sentida por cada uno.
Detrás del
principio ético que nos anima, formulado de manera explícita por la alternancia
del tomar y el dar, se anuncia implícitamente la existencia de un tercer factor
consistente en “no retener”. Retener, conservar, guardar, son actitudes que
bloquean el flujo y perturban el ritmo que mantiene el orden en la vida. Y
dichas actitudes, pese a perturbar el orden de la vida o tal vez por ello
mismo, se hallan presentes en la raíz de nuestras motivaciones,
originando una ética paralela que llamamos egoísmo. O actitud que
busca la satisfacción de “lo mío”, aún en detrimento de los demás.
El egoísmo no busca compartir, sino tener el
máximo para sí mismo. Retener. Con esta actitud marginal no se anula el
impulso natural de la vida, no se paraliza el ritmo. Pero quedamos expuestos a
sus consecuencias manifestadas en forma de dificultades, frustraciones,
enfermedad, sufrimiento…
El dolor en cualquiera de sus formas, no es
un castigo, sino una advertencia. Enfermamos o sufrimos, no porque seamos
“malos”, ni porque exista un Dios castigador, sino por ser ignorantes; por
vivir sumidos en el estado de avidya, que impide reconocer el orden
sutil que nos alienta y nos hace uno con todo lo creado,
favoreciendo contrariamente la creencia insana de que “teniendo yo más viviré
mejor”.
Otro mundo es posible. Pero sólo después de
un cambio radical en nosotros, de una metanoia.
Félix Gracia
Con respecto a la Respiración Cósmica, me gusta pensar en una Santisima Trinidad formada por el Padre(inspirar)envíando a su Hijo(expirar)y ese tercer factor, retenedor, o Santo Espiritu.
ResponderEliminarSaludos.
pnaku
Gracias Felix siempre siempre siempre por tu sabiduria y el conocimiento de uno mismo,
ResponderEliminarkuchy
Es verdad. No podemos apropiarnos de nada, pues todo nos ha sido dado y todo vuelve a su lugar de origen. Es verdad también que somos vehículos y obligadamente siempre tenemos que retener, sobre todo para saber a quién dar. Por que no todo el que recibiere puede estar preparado para recibir según qué le des. Por eso retener es natural, es bueno, en la medida en que plantea cuándo soltar. Que es cuando interviene la inteligencia. El ser humano no sería creativo si no fuera egoísta. No somos plantas ni animales, tenemos inteligencia para saber en que emplear nuestras ideas. Otra cosa es que nos perjudique. Pero si nos beneficia a nosotros beneficia a la vez a otros. Es verdad que al final todo regresa a su lugar, pero mientras estemos expuestos a las leyes creativas del Universo ¿qué hacemos en el camino sino es apropiarnos de lo que necesitamos para construir la belleza que somos y honrar a nuestra naturaleza divina?. A alguien beneficiará.
ResponderEliminar